jueves, 26 de febrero de 2009

Ampliación de Cerler por Norman Foster

Personalmente no me ha hecho mucha gracia la aparición de esta noticia. No voy a poner en duda el prestigio, ni el buen hacer del gabinete de arquitectura de Norman Foster. Y supongo que se realizará un proyecto impresionante. Pero impresionante será también el montante de dicho proyecto, y su ejecución. Y por supuesto que es lo que más me duele aunque no pueda demostrarlo, las comisiones que se habrá embolsado más de uno, por esta adjudicación.



Creo que no se aprende de los errores. Hay multitud de ejemplos, algunos cercanos, en los que se demuestra que hay que adecuar el coste de una construcción, o de un proyecto, a las posibilidades, y sobre todo a la funcionalidad futura. Por ejemplo, y salvando las distancias con el proyecto presente, la diferencia entre los pabellones Príncipe Felipe de Zaragoza y el Palacio de los Deportes de Huesca. En Zaragoza un Pabellón funcional, en uso continuo y variado desde hace más de dos décadas, fútbol-sala, tenis, baloncesto, grandes conciertos... El Palacio de Huesca, se encargó un proyecto sensacional, que así lo pagamos, lo tiraron (bueno nos dijeron que se cayó), y el uso que se le da, lo juzguen ustedes. Y un ejemplo más reciente, el nuevo Palacio de Congresos de Huesca, a algunos les gustará mucho, pero 30 millones de € para una ciudad como Huesca, más intereses, se puede amortizar más o menos en 1000 ó 1500 años...

En definitiva que no creo que para realizar la ampliación de Cerler, haya que pagar el extra de que lo diseñen los empleados de Norman Foster. Otra cosa sería si fueran especialistas en este tipo de proyectos, pero no, todo lo contrario, es la primera vez que se enfrentan a un proyecto de estas características. Y no me vale como oí ayer a una locutora en Radio Huesca, "... la nieve no es ajena a Norman Foster, lo hemos podido ver con abrigos de pieles junto a su mujer en las estaciones alpinas..."

Y sobre instituciones privadas que hagan lo que quieran, como el proyecto del nuevo Camp Nou, diseñado por Foster, pero no entidades públicas, en España no existe el concepto de tributos, aquí parece que el dinero público no tiene dueño, y si lo tiene, somos todos.

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